Hasta hoy el papel socializador y formativo de la familia y de los centros educativos no era cuestionado (estaba asumido), sin embargo, el paso por diferentes revoluciones - social, política, agraria, tecnológica...- (Cabero, 2006) ha dado como producto una sociedad donde la tecnología domina todas las áreas y/o campos de la vida diaria de los sujetos, desbancando a aquellos de tal hegemonía. Ya en el año 2000, Walsh nos llamaba la atención sobre estos profundos cambios - vitales y cruciales, indicándonos el momento (de aceptación y adaptación) que vivíamos a nivel tecnológico en los centros escolares. Sin lugar a dudas, podemos señalar que la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación (en adelante, TIC) y más concretamente la red Internet en la escuela, se han convertido en el elemento principal de la socialización del alumnado que cursa tanto estudios de Primaria como de Secundaria; dado que los centros deben crecer a la par de la sociedad, deben, por tanto garantizar una enseñanza actualizada, que dote a los estudiantes de los conocimientos y capacidades en el uso de las nuevas herramientas que la sociedad tecnológica o digital de hoy presenta. Es tal el empuje de estos nuevos recursos que hasta nuestro vocabulario se ha visto afectado, pues en él incluimos de manera natural términos tales como brecha digital, tecnofobia, webs, blogs, redes de aprendizaje, comunidades virtuales e-learning, etc., cargados todos ellos de significado y simbolismo. Pero la inclusión de las TIC en la actividad académica de los distintos centros educativos, solamente cobrarán sentido si se desarrollan tanto en el medio social, cultural y político así como curricular, es decir, es necesaria una adaptación de todo el sistema educativo, el cual debe favorecer una enseñanza más flexible, cercana al alumnado, donde se pierdan las rígidas secuencias de aprendizaje, y se atienda a la diversidad existente en las aulas. Esto supone promover las TIC como un recurso al servicio de la educación, donde el alumnado sea el protagonista de su propio aprendizaje que, con ayuda del profesorado, acceda a las claves para comprender la cultura de la evolución, haciendo posible construir su propio conocimiento, y facilitando con ello, una formación abierta en entornos diversos. A la hora de integrar las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes, no debemos olvidar una serie de aspectos o características de las mismas, que Alfalla, Arena y Medina (2001:3) llaman potencialidades, las cuales ayudarán a que las TIC se integren en la práctica de aula de forma armónica. Estos autores señalan nueve:
Apoyándonos en lo citado, consideramos posible afirmar que la utilización de las TIC en el aula, suponen un recurso valioso para potenciar, facilitar y favorecer la adquisición de las competencias básicas que establece la legislación vigente tanto para la etapa de Educación Primaria, como Secundaria.Además ayudarán a informar y formar en los contenidos básicos del currículum, crear guías metodológicas de aprendizaje así como convertirse en un medio de expresión del alumnado. La introducción de las TIC en la educación obliga a replantear en la nueva pedagogía educativa la metodología de enseñanza en este nuevo marco social y educacional. El proceso de aprendizaje basado en la construcción del conocimiento tiene como finalidades últimas el desarrollo de capacidades del individuo, más que la retención de contenidos. El papel de los actores del proceso educativo también parece bastante definido en esta nueva situación: - Alumnado: no puede permanecer inactivo y como mero receptor de informaciones o conocimientos. La información es accesible también para él, y debe ser un agente activo en la creación de conocimiento y en su propia educación. El desarrollo de capacidades más que la memorización de materias, dará paso a la mejora en las posibilidades de autocontrol del aprendizaje y de autoaprendizaje, que se continuará a lo largo de toda la vida o gran parte de ella. - Profesorado: comienza a definirse al docente con un nuevo perfil, que pasará de ser un mero transmisor a un orientador y desarrollador de capacidades en el alumnado. Deja de constituir la única fuente de información y de creación de conocimientos, para convertirse en un mediador entre el alumno y un entorno de gran variabilidad, con exceso de información y que exige constantes readaptaciones. - Familias: el papel de la familia en la educación de los hijos ha experimentado un cambio casi traumático. Las condiciones laborales de ambos cónyuges, con el acceso normal de la mujer al mundo laboral, ha obligado a delegar gran parte de la labor educativa del entorno familiar en la escuela. La mayor parte de los elementos educativos relacionados con los valores, anteriormente adquiridos en el entorno familiar y social próximo, ha pasado a formar parte de los currículos escolares oficiales, que han descargado de esa labor a las familias y se la han asignado a las escuelas en general y al profesorado en particular. Puede darse la paradoja de que el alumno, el hijo, adquiera unos valores totalmente diferentes de los de sus progenitores. Sé que es difícil para toda la comunidad educativa adaptarse a esta nueva metodología que rige las relaciones sociales pero durante la historia siempre se han producido cambios que han ayudado a mejorar la creación y distribución de la información. Como botón y despedida de este artículo os muestro este vídeo en el que se produce otro salto tecnológico algunos siglos atrás... |
domingo, 11 de septiembre de 2011
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el ámbito educativo
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